Para el doctor Peter Canter y el profesor de medicina complementaria Edzard Ernst, de la Peninsula Medical School de la Universidad de Exeter, Gran Bretaña, es obvio que el uso de las hierbas medicinales es riesgoso. Su advertencia radica en que entienden que algunas de ellas son tóxicas y pueden dañar órganos como el hígado y los riñones; otras están mal identificadas y son incluidas erróneamente en tratamientos; algunas son adulteradas con drogas prescriptas como los esteroides o cultivadas mediante el uso de agroquímicos; y otras son mezcladas de manera peligrosa con medicinas tradicionales.

Esta teoría estaría apoyada por la UK Medicines and Healthcare Products Regulatory Agency (MHRA), que el año pasado envió cerca de una docena de alertas sobre varios de estos productos. Ahora la boga en medicina, es el uso de tratamientos alternativos, tanto para curar dolencias como para bajar de peso. Pero una investigación advierte que su uso trae más problemas que soluciones.

Las hierbas medicinales hoy invaden cualquier supermercado o tienda y prometen la cura para la tos, un resfrío o el dolor de espaldas; aumentar la masa muscular o bajar de peso. Sin embargo, los expertos británicos piensan que las hierbas son mucho más perjudiciales de lo que se piensa.

Los investigadores analizaron a los consumidores que “elaboran” sus propios remedios, es decir, aquellos que concurren al comercio especializado, le describen sus síntomas al vendedor, y éste les prepara una ración con diferentes hierbas. Y descubrieron que este tipo de productos no surten efecto alguno. De los 1.300 casos analizados, sólo tres entienden y aceptan que la mezcla actúa sólo como placebo.

Entonces, Canter se pregunta: “Una droga en la medicina tradicional no se usa en un paciente hasta que su eficacia esté demostrada. ¿Por qué entonces se aplican dobles estándares en la medicina natural? Si no hay evidencia de los beneficios y sí de los serios riesgos, debemos cortar su venta”.

Sin embargo, para Jill Davies, presidente de Association of Master Herbalists, la medicina natural es una vocación que no necesita de la ciencia para probar su eficacia. “Estuve practicándola por 30 años y funciona muy bien”, dijo a The Independent.

Pero a su vez, Canter y Ernst se vieron sorprendidos cuando los especialistas en medicina natural a los que pidieron evidencia de la factibilidad de sus remedios no pudieron refutar las conclusiones del estudio.

Los miedos por los efectos colaterales de los tratamientos convencionales, y la decepción ante la imposibilidad de cura de ciertas enfermedades crónicas es lo que hizo que, en el siglo XXI, millones de personas apoyen la medicina natural. También se ha convertido en una ayuda complementaria para los profesionales médicos.

Tags

No responses yet

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *