A la lista de los genes implicados en la aparición del cáncer de colon, se suma otro integrante. Se trata del gen CDK8, cuyo descubrimiento ha sido posible gracias a la colaboración de un grupo de científicos estadounidenses e investigadores del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona.

“Este trabajo confirma que muchos de los genes que están implicados en el cáncer siguen aún sin identificar”, ha precisado William Hahn, responsable del estudio. El equipo de Hahn, del Instituto Dana Farber del Cáncer, en Massachussets, ha descubierto por primera vez que CDK8 es uno de esos elementos implicados en el desarrollo de un tumor colorrectal, y que su actividad es superior a lo normal en muchas de estas células tumorales.

Hasta ahora se sabía que una vía de señales (denominada WNT/beta-catenina) estaba activa en casi la mitad de los pacientes con cáncer de colon; pero se desconocía al incitador de ese ‘descontrol’. Para identificar al posible candidato, los científicos utilizaron una tecnología puntera capaz de analizar uno por uno miles de genes hasta descubrir cuáles eran capaces de activar esta vía de señales, desencadenando por tanto la proliferación de las células malignas.

Posteriormente solaparon esta información con la obtenida de muestras de tejidos tumorales procedentes de pacientes afectados de cáncer de colon, en las que buscaron algún gen ‘candidato’ que estuviese amplificado (es decir, que tuviese alguna copia más de lo normal). “De este cruce de datos, concluyeron que el CDK8 es el gen que codifica la proteína, del mismo nombre, culpable de activar esta vía de señales, muy importante tanto en el desarrollo como en la progresión del cáncer de colon”, explicó el doctor Josep Tabernero, uno de los participantes del trabajo.

Como explica este oncólogo, teniendo en cuenta que beta-catenina está implicada en el 50% de los tumores de colon, cabe suponer que el nuevo descubrimiento puede beneficiar en el futuro a la mitad de los pacientes con esta enfermedad. Aunque reconoce que hay que tomar con cautela las conclusiones y seguir indagando, si este mismo hallazgo es aplicable a otros tipos de cáncer diferentes a la del colon.

El estudio demostró además en el laboratorio que la supresión de la proteína CDK8 en ratones se traducía en una regresión de los tumores que sufrían los animales. El siguiente paso será “probar si es posible lograr este mismo efecto con fármacos en humanos”, anuncia Tabernero, sin embargo, Hahn concluye: “Cuando se trata de identificar genes diana para posibles terapias sólo estamos empezando a arañar la superficie”.

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