Según un reciente estudio, administrar magnesio a las mujeres que están en riesgo de dar a luz antes de tiempo reduce a la mitad los casos de parálisis cerebral infantil:

“La asociación entre sulfato de magnesio y una incidencia más baja de parálisis cerebral (PC) es plausible desde el punto de vista biológico porque este mineral estabiliza los vasos sanguíneos, protege del daño producido por la falta de oxígeno y del daño por inflamación, y todas estas situaciones suponen una amenaza para el cerebro de los fetos”, ha explicado Dwight Rouse, obstetra de la Universidad de Alabama en Birmingham, Estados Unidos, y uno de los autores del estudio.

Aunque las causas de este trastorno no se conocen con exactitud, se sabe que nacer antes de tiempo es un factor de riesgo y su magnitud es directamente proporcional al grado de prematuridad. Además, varios trabajos han vinculado el tratamiento con sulfato de magnesio con una disminución de este riesgo en embarazos con posibilidades de parto a pretérmino.

Entre diciembre de 1997 y marzo de 2004, se seleccionaron 2.214 mujeres que tenían posibilidades de dar a luz de forma prematura (antes de la semana 37 de gestación) debido a la rotura de las membranas, por trabajo de parto avanzado o por la presencia de sufrimiento fetal. De forma aleatoria, se asignó a las parturientas a un grupo que recibiría terapia intravenosa con magnesio o uno al que se le administraría un placebo.

A pesar de que no se detectó ningún efecto sobre el objetivo principal del estudio, un compendio de las muertes fetales, infantiles y los casos de parálisis cerebral severa, los investigadores se percataron de que el porcentaje de niños con este trastorno, en cualquiera de sus grados, era muy inferior entre los hijos de las mujeres tratadas con magnesio. Los casos de PC moderada o severa representaban el 1,9% en este grupo, frente al 3,5% en el grupo del placebo.

“Lo que hemos aprendido de este estudio es que existe un remedio barato, cuyo uso está muy extendido, que reduce a la mitad el riesgo de los bebés de nacer con una enfermedad tremendamente incapacitante”, señala en un comunicado de prensa John Thorp, profesor de obstetricia y ginecología de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, Estados unidos.

Sin embargo, antes de que miles de mujeres se beneficien de este sencillo tratamiento, es necesario realizar más ensayos clínicos como éste, establecer los protocolos terapéuticos, etc, concluyen los investigadores.

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