El consumo de tabaco, manchas cutáneas por el efecto del sol, celulitis por las drogas, además del estrés, el alcohol y la comida basura, aceleran el envejecimiento de la piel. Así es como lo han explicado expertos en el 37 Congreso Nacional de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
Las investigaciones muestran que los efectos del tabaco en la piel afectan más a las mujeres que a los varones. “Esto se debe a un factor hormonal. Los andrógenos (hormonas sexuales masculinas) no tienen tanta interacción con el tabaco como los estrógenos (las femeninas), cuya ausencia afecta a la dermis“, explica el especialista Julián Conejo-Mir.
Arrugas prematuras en toda la cara, cabello reseco y quebradizo, piel poco hidratada o dificultad de cicatrización son algunas de las consecuencias de este hábito. “Se liberan gases de combustión y, por lo tanto, aumentan los radicales libres, elementos químicos que dañan las membranas de las células, provocando el envejecimiento prematuro de la piel y la destrucción de los tejidos cutáneos del rostro”, añade el doctor.
De otro lado, los especialistas señalan que el consumo alto de alcohol envejece la piel más rápidamente, especialmente el destilado. “Afecta a las fibras de colágeno igual que el tabaco y las consecuencias son claras: cara contraída, demacrada y arrugada. La persona presenta mucho acné y al desarrollar un daño hepático, la piel se hace opaca y de un color pálido y amarillento”, manifiestan.
Las drogas también tienen efectos sobre la piel, especialmente la cocaína. “Todos los estimulantes provocan dermatitis seborreica, hiperqueratosis y cambia la morfología de la cara, la nariz se hunde hacia abajo y aparecen venitas alrededor”, indica Conejo-Mir.
Además, según explica el dermatólogo del Hospital Virgen del Rocío, “la dieta rica en grasas saturadas e hipercalóricas afecta a la grasa de la piel, empeorando sobre todo el acné, la dermatitis seborreica y, por mecanismos inflamatorios, la psoriasis”.
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