Aunque hasta el momento, los especialistas sólo habían apostado por su uso como terapia para los episodios agudos, como el infarto de miocardio, un estudio publicado en ‘JAMA’ muestra, los beneficios de las inyecciones de células madre de la médula ósea sobre la cardiopatía isquémica crónica.
Un grupo de científicos del Centro Médico de la Universidad de Leiden (Holanda) seleccionaron a 50 pacientes que sufrían angina severa y que no podían someterse al tratamiento habitual (revascularización). Del total de los participantes, la mitad fueron asignados al grupo de terapia con inyecciones de células de la médula (extraídas de la médula ósea de la cresta iliaca de los mismos pacientes, las cuales son ricas en células madre adultas, que han mostrado su capacidad para reparar tejidos dañados), mientras que al resto sólo se le inyectaría un placebo.
Los pacientes recibieron entre ocho y 10 inyecciones en diferentes segmentos del miocardio, el músculo del corazón, y se sometieron a una evaluación de su función cardiaca al cabo de tres y seis meses.
Después del periodo de seguimiento, los pacientes tratados con células madre de la médula mostraron cierta mejoría. Tanto el riego sanguíneo del miocardio como la función del ventrículo izquierdo eran significativamente mejores en este grupo.
Sin embargo, a pesar de los buenos resultados, los investigadores advierten que entre los participantes que sólo recibieron un placebo también se detectaron mejorías, aunque menores, que podrían deberse a “una mayor adherencia a la medicación o al cambio de estilo de vida”.
Aunque hay muchos ensayos clínicos que se están realizando sobre terapia con células madre adultas, algunos científicos reconocen que todavía falta mucho por conocer sobre esta técnica.
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