Un equipo de investigadores estadounidenses ha creado plaquetas sintéticas que reducen a la mitad el tiempo de coagulación de la sangre, prioridad de atención médica tanto en los accidentes de tráfico como en los conflictos bélicos.

Controlar la sangre que sale del cuerpo lo más antes posible es vital para salvar muchas vidas. De hecho, las heridas traumáticas son la principal causa de muerte entre los cinco y los 44 años y, las hemorragias, las mayores responsables de estos decesos.

Es entonces que los científicos, conscientes de las pocas opciones con las que han contado los médicos para tratar las heridas de los soldados norteamericanos en Irak y Afganistán, dirigidos por Erin Lavik, del Departamento de Ingeniería Biomédica de la Case Western Reserve University, han desarrollado en el laboratorio plaquetas de polímeros biodegradables que han demostrado su eficacia tanto ‘in vitro’ como ‘in vivo’, en ratas.

“En esencia, añadir estas plaquetas artificiales a las heridas es como poner sacos de arena para contener un río inundado”, explican los investigadores.

Los resultados del estudio, publicados en el último número de la revista ‘Science Translational Medicine‘, mostraron que las plaquetas sintéticas, inyectadas a las ratas en la arteria femoral principal, antes de se hicieran las heridas, permitieron que estos animales dejaran de sangrar en la mitad de tiempo que aquellas ratas que no tenían este biomaterial.

Además, los estudiosos pudieron observar cómo actúan estas plaquetas una vez que la herida ya se ha producido. En este caso, su efecto también fue notable, ya que ayudaron a reducir el tiempo de coagulación de la hemorragia un 23%. La dosis apropiada para conseguir beneficios es inyectar 20 mg/ml.

De otro lado, los artífices de este hallazgo también compararon estas plaquetas con el factor recombinante VIIa (tratamiento estándar que se utiliza en la actualidad para controlar las hemorragias en los quirófanos y salas de emergencia) y los resultados arrojaron que plaquetas artificiales coagularon la sangre un 25% más rápido que la terapia habitual.

Es muy importante destacar que a las 24 horas, estas plaquetas biodegradables se eliminaron del organismo de los roedores, los cuales no mostraron ningún efecto secundario durante los siete días siguientes, que es el periodo de tiempo que se ha estudiado.

Lavik y su equipo utilizaron polímeros ya aprobados para otros tratamientos por la Agencia Estadounidense del Medicamento (FDA).

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