Según revela un estudio, si una mujer tiene el hábito de fumar durante el embarazo, corre el riesgo de que su bebé desarrolle estrabismo.
El estrabismo, u “ojos bizcos”, es un término colectivo para 30 condiciones diferentes de desviación del alineamiento de los ojos al mirar una imagen.
El doctor Tobias Torp-Pedersen, de Statens Serum Institut, en Copenhague, Dinamarca, apunto que: “La nicotina y otras sustancias del tabaco, el alcohol y la cafeína afectan el cerebro y mínimas alteraciones en el cerebro en desarrollo podrían causar el estrabismo“.
En el estudio, el equipo identificó más de 1.300 casos de estrabismo en el registro llamado Danish National Birth Cohort.
Todos los niños habían nacido entre 1996 y el 2003. Se entrevistó a las madres dos veces durante el embarazo y a los 6 y a los 18 meses después del parto.
Los resultados arrojaron que las mujeres que habían fumado durante el embarazo tenían un 26 por ciento más riesgo de tener un hijo con estrabismo que las madres que no lo habían hecho, tras considerar otros factores de riesgo, como el consumo de alcohol y la edad materna.
Este efecto no se limitó al primer trimestre, sino que siguió aumentando al 43 por ciento y al 35 por ciento, respectivamente, para las mujeres que fumaron durante el segundo o tercer trimestre.
El trabajo, publicado en el American Journal of Epidemiology, también demuestra que las mujeres que habían fumado entre 5 y 9 cigarrillos por día tenían un 38 por ciento más riesgo de que sus bebés desarrollaran estrabismo que las que no habían aspirado cigarrillos.
A este entender, Torp-Pedersen aconsejó a las embarazadas que dejen los cigarrillos para evitar el estrabismo en sus hijos.
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