Estamos a un paso de evitar cientos de muertes por la escasez de donantes que se registran en los bancos de sangre. Muchas veces, en las compañas de donación de sangre, pese a que haya muchas personas que se manifiestan a favor y donan su sangre, estas no siempre están aptas para ser transfundidas a los pacientes que requieren con urgencia una transfusión; pero gracias a un grupo de científicos británicos, este problema parece tener pronto una solución.
Científicos británicos quieren ser los primeros en producir cantidades ilimitadas de sangre sintética a partir de células madre embrionarias para su uso en transfusiones de emergencia y sin riesgo de infección para el paciente. En los próximos días se anunciará un gran proyecto de investigación que se pretende culmine dentro de tres años en las primeras transfusiones a voluntarios con sangre obtenida de embriones sobrantes de la fecundación ‘in vitro’, según informa el diario ‘The Indpendent’.
La sangre se utilizaría para salvar vidas de víctimas de accidentes de tráfico y de soldados en el frente de batalla y representaría una auténtica revolución en los servicios de transfusión sanguínea, que dependen actualmente de los donantes. Los científicos estudiarán los embriones humanos sobrantes de la fecundación ‘in vitro’ y tratarán de encontrar los genéticamente programados para desarrollar sangre del grupo O negativo, que puede transfundirse a cualquier persona sin temor a rechazos.
Ese grupo sanguíneo es relativamente raro, corresponde a aproximadamente un 7% de la población, pero podría producirse en cantidades ilimitadas a partir de células madre por la capacidad que tienen éstas de desarrollarse indefinidamente en el laboratorio.
El objetivo de los científicos es hacer que las células embrionarias se conviertan en glóbulos rojos portadores de oxígeno para transfusiones de urgencia. Esa sangre tendría además la ventaja, según los expertos, de que no presentaría ningún riesgo de infección por el virus del sida, la hepatitis o la variante humana de la enfermedad de las “vacas locas”.
En el proyecto participan la sección de Sangre y Trasplantes del Servicio Nacional de Salud británico, el Servicio Nacional de Transfusión de Escocia y el Wellcome Trust, la mayor organización médica de carácter benéfico del mundo.
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