En el periodo de la gestación, las mujeres experimentan cambios importantes tanto interior como exteriormente. Al respecto, el aumento de peso, es un problema que puede provocar en algunas mujeres una preocupación excesiva al grado de limitar su alimentación y privarse de muchos de los nutrientes que se necesitan para el desarrollo del bebé.
Este desequilibrio puede ocasionar un grave trastorno alimenticio conocido como pregnorexia (nombre que aún no es aprobado como tal; pero ya existen muchos casos), enfermedad que si no es tratada puede ser fatal tanto para la madre como el bebé. La alimentación durante el embarazo juega un papel fundamental, por eso todos los especialistas aconsejan llevar una dieta balanceada diseñado por un especialista y que ofrezca los nutrientes necesarios que ayuden al correcto crecimiento y desarrollo del bebé y además mantenga saludable a la madre.
El tipo de alimentación tiene una pequeña participación en el aumento de peso, normalmente la persona puede llegar aumentar hasta 30 libras (14 kilos). Esto es un cambio normal en el cuerpo de la mujer, pero algunas de ellas llegan a atravesar por una crisis de apariencia.
Para los especialistas, algunas embarazadas no asimilan correctamente los cambios, por lo que se sienten incómodas con la imagen que comienzan a adquirir. En ocasiones la pérdida de la figura influye tanto a nivel emocional que puede llegar a generar la idea del rechazo hacía el producto por lo que dejan de alimentarse cayendo en una terrible desnutrición.
La mujer que cae en este tipo de trastorno alimenticio presenta algunas características tanto emocionales como físicas: rechazo a su cuerpo e incluso al producto, no hay aumento normal de peso, pues debe haber un incremento de 2 libras (1 kilo) por mes, desarrollo anormal en el útero, ejercicio en exceso a pesar de que por indicación médica se le haya pedido que disminuyera el ritmo y lo más alarmante, reducción en el consumo de alimentos.
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