Los polifenoles (grupo de sustancias químicas encontradas en plantas: taninos hidrolizables, que son ésteres de ácido gálico de glucosa y otros azúcares; y fenilpropanoides como la lignina, flavonoides y taninos condensados), presentes en la uva y el vino pueden servir para desarrollar antimicrobios naturales contra la principal bacteria asociada a infecciones del intestino en todo el mundo.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las bacterias del género “Campylobacter” constituyen la mayor causa de enfermedades diarreicas en el hombre y suelen ser la principal causa de gastroenteritis bacterianas con síntomas como diarreas, fiebre o cólicos.

Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, ha hallado que el aprovechamiento de los productos residuales que genera la fabricación del vino puede constituir una alternativa económica y ecológica para controlar esa bacteria, presente en alimentos como el pollo.

Adolfo Martínez-Rodríguez, Alfonso Carrascosa y Mónica Gañán, investigadores del Instituto de Fermentaciones Industriales, en Madrid, han desarrollado este trabajo, cuyos resultados han permitido al Consejo solicitar una patente.

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