Gracias a las actuales técnicas de tratamiento que permiten conseguir una mínima invasión, son numerosas las personas que se deciden a pasar por consulta para someterse a determinados tratamientos en contra de las varices.

Para los casos más avanzados, la cirugía es el tratamiento indicado, pero cuando se trata de arañas vasculares o telangiectasias (varices de pequeño tamaño que se translucen a través de la piel, una forma mínima de la insuficiencia venosa crónica superficial), existen otras alternativas menos invasivas.

En lo que se refiere a los tratamientos no quirúrgicos, y dependiendo de las características de cada paciente, las medidas terapéuticas son numerosas. Su objetivo es evitar el reflujo, disminuir el tamaño de las varices y hacerlas desaparecer.

Dentro de las numerosas posibilidades de tratamiento para las telangiectasias, destaca el láser percutáneo, la fleboesclerosis con microespuma y la radiofrecuencia. Para las varices grandes y quirúrgicas, una de las modalidades más destacadas que se aplica en la actualidad es el láser endovenoso.

Tal y como asegura el presidente del Capítulo Español de Flebología, “el láser percutáneo es un método de fácil aplicación que aplicado con prudencia y conocimiento, no daña los tejidos ni las estructuras”. Se puede aplicar en el tratamiento de problemas de índole estético (a través de una fuente de luz y diferentes sustancias, la vena se destruye) y en el caso de venas de mayor tamaño (se introduce una fibra óptica guiada por ecodoppler).

La fleboesclerosis consiste en inyectar en la vena afectada una sustancia para convertirla en microespuma. “Apenas produce molestias al paciente y en pocas sesiones de tratamiento se consiguen excelentes resultados”. La sustancia inyectada en la vena desplaza la sangre y se adhiere a la pared interna de la vena, con lo que destruye el tejido interior y así, en unos meses, la variz queda reducida a un cordón fibroso.

La radiofrecuencia es otra forma de calor mínimamente invasiva, con las mismas indicaciones que el láser e incluso con un procedimiento muy parecido. Se sirve de la aplicación de energía para transmitir calor a través de una aguja.

El láser endovenoso es una técnica que se realiza mediante una pequeña incisión a través de la cual se introduce una fibra láser con la que se conseguirá la desaparición del tronco afectado. Esta alternativa no es recomendable en pacientes con diabetes, obesidad mórbida, úlceras activas infectadas o una vena que haya sido esclerosada con anterioridad.

“Antes de afrontar un tratamiento reparador, es necesario que un angiólogo o cirujano vascular descarte cualquier patología venosa asociada a la aparición de las arañas vasculares”, recomiendan los especialistas. En ocasiones, su aparición puede ser síntoma de un problema venoso más profundo y con su eliminación simplemente desaparece la señal de alerta, pero no la enfermedad. Si las arañas están asociadas a las varices, lo más adecuado es intervenir primero éstas, proceder a la esclerosis y finalmente aplicar el láser.

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