El cáncer oral, es la enfermedad que reporta mucho más muertes, debido a su diagnóstico tardío. Según el estomatólogo Carlos Aparicio, “la detección precoz de las lesiones cancerosas y precancerosas con alto riesgo de malignizar es fundamental para mejorar el pronóstico de esta enfermedad. No obstante, es frecuente que las lesiones orales no presenten síntomas, sean indoloras y, en términos de los cambios físicos, sean poco obvias. Cuando una lesión llega a hacerse visible, puede tratarse de ‘la punta del iceberg’ y estar mostrando sólo una pequeña parte de la extensión de las alteraciones que caracterizan las lesiones de alto riesgo”.
Al respecto, hasta hace muy poco, los medios para la detección precoz del cáncer oral incluían únicamente un examen visual de la zona oral en busca de rastros de alguna lesión y la palpación del cuello en busca de ganglios. En algunos casos, se utilizaba también la tinción de las lesiones ya visualizadas.
Sin embargo, la Clínica Aparicio, (Barcelona, España), es el primer centro de salud en en implementar un nuevo método que permite la detección precoz del cáncer oral mediante el registro de auto fluorescencia de los tejidos humanos.
Este método se basa en el efecto de fluorescencia que se producen en algunas partes de las células y de los tejidos bucales al ser iluminadas con una determinada frecuencia de luz. Cuando existen variaciones metabólicas, como las que se producen en la formación del cáncer, la fluorescencia emitida en esa zona disminuye. Este efecto es captado por el odontólogo mediante un equipo especializado, lo que permite “ver por debajo de la superficie e incluso antes de que puedan detectarse a simple vista” lesiones potencialmente cancerígenas. Como siempre, el diagnóstico final es validado mediante una punción biópsica y un examen histopatológico.
El examen de la cavidad bucal debe ser parte rutinaria de la visita dental. De la misma manera que se diagnostica la caries, la enfermedad periodontal o la malposición dental, el dentista descarta la presencia de lesiones cancerosas o potencialmente cancerosas.
Siguiendo las recomendaciones de la British Columbia Cancer Agency y la Oral Cancer Foundation es necesario llevar a cabo una revisión al año en el caso de adultos, hombres y mujeres a partir de los 18 años no sometidos a factores de riesgo. Una revisión cada 6 meses en el caso de personas que presentan factores de riesgo asociados, como tabaquismo, ingestión habitual de alcohol, excesiva exposición a los rayos solares o que han presentado lesiones potenciales o cáncer en el pasado.
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