Un virus genéticamente modificado podría ser un gran paso en el tratamiento del cáncer cerebral. Un equipo de investigadores españoles residentes en Houston (EEUU), lograba demostrar que es posible modificar genéticamente el virus del resfriado para que ataque un agresivo tipo de cáncer cerebral en ratones, en2007. Ahora, casi dos años después, este virus ha empezado a dar sus frutos en una paciente con un tumor cerebral.
Una mujer de 60 años que luchaba desde hacía meses contra un agresivo glioma maligno era la candidata perfecta para formar parte de este ensayo clínico en fase I, ya que ni con la extirpación, ni la radioterapia, ni la quimioterapia con Temozolamida habían conseguido evitar la reaparición del tumor, la cual está invadiendo sus vías ópticas causándole pérdida de visión.
Este grupo de estudiosos, liderado por los españoles Juan Fueyo y Candelaria Gómez-Manzano, del MD Anderson de Houston (Texas, EEUU), ha conseguido que la agencia estadounidense del medicamento (FDA, según sus siglas en inglés) autorice esta experiencia que trata de demostrar, ante todo, que inyectar un virus genéticamente modificado en el interior de un tumor cerebral humano es seguro y carece de toxicidad.
El virus en cuestión es el Delta-24-RGD, un adenovirus causante del resfriado común que ha sido modificado en el laboratorio para que infecte sólo a las células tumorales, más no así a las sanas. El pasado 26 de febrero, después de realizar una mínima incisión en el cráneo de la paciente, el neurocirujano inyectó la mitad de la dosis en el tumor y, profundizando después un poco más, inyectó el resto en el centro mismo de la masa tumoral. A las pocas horas abandonó andando el hospital de camino a casa.
La viroterapia es una estrategia que se basa en la manipulación de virus para que infecten y destruyan células tumorales
Otros dos pacientes más recibirán la misma dosis del virus (una cantidad de 10 elevado a 7), y si en 12 días no se observa ninguna toxicidad ni reacción adversa, la dosis se elevará un poco más en otros tres nuevos participantes y así sucesivamente hasta que unas 15 ó 30 personas reciban el tratamiento.
El ensayo autorizado por la FDA incluye un segundo grupo de análisis, que también comenzará próximamente, en el que los tumores serán extirpados a los 14 días de la inyección para observar cómo se ha comportado el virus en su interior, si se ha replicado, si ha sido capaz de generar la aparición de linfocitos (células defensivas): “El estudio representa una batalla entre dos titanes: un adenovirus y nuestro sistema inmune; que podría impedir la replicación del virus”, manifiesta uno de los especialistas.
Por ahora, tras un mes de recibir la inyección, la evolución de la mujer mantiene entusiastas a sus médicos. Ha regresado al hospital en tres ocasiones para hacerse las resonancias magnéticas de control y hasta ha empezado a hacer ejercicio en una cinta, sin embargo, “esto puede deberse a un efecto secundario de los corticoides que toma para evitar el edema cerebral debido al cáncer”, aclara con cautela su médico.
Fueyo expreso que de momento los resultados de esta nueva terapias son preliminares y que deben mantener la cautela en su; pero a su vez este científico añade: “indican que, a pesar de que se trata de una dosis muy baja, el virus se está replicando y por lo tanto induciendo muerte celular dentro del glioblastoma”.
“No hay que olvidar que los gliomas apenas causan metástasis en otras zonas del organismo, pero causan la muerte del paciente por su propio crecimiento regional en el cerebro y quizás esos tumores que no metastaizan podrían ser susceptibles de ser tratados usando tratamientos locales como la inyección intratumoral de Delta-24”, concluye.
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